Ni con J ni de Lima


Mi papá y yo teníamos una canción secreta, de esas que sólo conocíamos nosotros, porque mi madre no era de esa onda, de las letras elaboradas y mucho menos cuando un señor con voz rasposa las "intentaba" cantar...

Desde los 10 años mi repertorio musical estaba encabezado por los cassettes de mi padre; horse with no name era de mis favoritas, podía poner stop a la grabadora para sacar el cassette y regresar la cinta con ayuda de una poderosisima pluma Bic. Si, prefería hacerlo de esa manera, no por mí, sino por mi madre, que parecía estar al pendiente de todo lo que hacia y al momento de escuchar el sonido de la grabadora para regresarle al inicio de la canción. Gritaba despavorida: "Ximena deja de jugar con eso, que lo vas a descomponer!!!" así que la pluma era lo más adecuado.

Pasó el tiempo y mi padre seguía compartiendo su música con su pequeña hija, - o sea la que escribe.-   Un día después del trabajo llego con una sorpresa; el disco de Joaquín Sabina, Nos sobran los motivos.
Hasta la fecha, es uno de mis cds favoritos, me acompañaba mientras hacia mis tareas, recitaba a todo pulmón y con una interpretación adecuada de los versos que dan la introducción a la primera canción que nombra al disco. Ciertamente no entendía todo lo que Sabina decía en sus canciones, pero a esa edad, lo único que me importaba era que YO me sabía esas canciones, YO y mi papá.

Jimena tuvo un sueño el martes que viene,
rodando por peldaños de caracol,
desembocó en un laberinto de andenes
diciendo adiós a los trenes que pierdo yo.
Jimena tiene un master en desengaños,
Jimena es una mina antipersonal,
se acuerda de quererme cada dos años
mientras yo me las apaño para olvidar.
Jimena no traiciona por treinta lucas
y en vez de silicona bajo el jersey,
tiene un jardín con dos terrones de azúcar
y un potpurrí de Chabuca con J.J.Cale.
Rosa de Lima, prima lejana,
lengua de gato, bicarbonato de porcelana,
dolor de muelas, pan de centeno
hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos.
Prenda de abrigo, ven, vente conmigo.
Jimena no deshoja las margaritas
por miedo a que le digan que sí,
cuando se le atragantan mis nochecitas
le canta las mañanitas el rey David.
Los dioses que me quitan los pies del suelo
planchan su camisita y su canesú,
su nikon, su abanico de terciopelo,
su bolsa de caramelos,
y su rithm and blues.
Horizontal seis letras nombre de dama
maldito cruzigrama, maldito Bryce,
se mueren los botones de mis pijamas
desde que nadie me llama
supay, supay.
Rosa de Lima, prima lejana,
lengua de gato, bicarbonato de porcelana,
dolor de muelas, pan de centeno
hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos.
Prenda de abrigo, ven, vente conmigo.
  
Si, esta Ximena es con J y no con X, pero fonéticamente suena idéntico. Muchas veces pienso que esa canción ha marcado y seguirá marcando mi vida. 

Justamente hace un rato, buscaba el porque de la letra, Joaquín se enamoró de una peruana, fotógrafa llamada Jimena, con ella paso las mayores desgracias de su vida: el problema cerebral y la depresión.

Básicamente es una descripción de uno de sus grandes amores. A penas descubrí eso y sigo creyendo que va conmigo, no sé si porque ya me la adjudique y me programe mentalmente para que sea MI CANCIÓN ESPECIAL, (asi como otras 5788660 que lo son... -nah! Es broma-) o sólo porque esta es la canción que mi papá cantaba con singular alegría para mi.
No soy peruana, aún no tengo una nikon. Pero si tengo dos terrones de azúcar y una bolsa de caramelos
A qué viene todo esto? Simple, el título de este Post es Husmeando en la Rosa de Lima... Esa es mi canción, mi papá lo decía cada que se escuchaba la canción número siete, (de ahi que el 7 o los múltiplos de 7 sean mis predilectos)



http://www.youtube.com/watch?v=mLVGqAqQX2E&feature=youtube_gdata_player

Comentarios

Entradas populares