Cambio de plan... de D.Irección

No sé exactamente en qué momento abandoné la bonita idea de impartir clases a niños de primaria. Probablemente la insistencia de mi madre hizo que cambiará bruscamente de opinión en mi estúpido afán de alejarme de los conceptos soñados por ella. Así llego el diseño a mi vida, prácticamente desde mi infancia fui muy curisita para los adornos y esas actividades manuales que El Espacio de Cositas mencionaba en el canal cinco. Con el tiempo fui sobresaliendo de mis otros compañeros de clase, soberbia a parte, siempre fui una alumna destacada, la que daba un poco más de lo que pedían. Me chocaba en extremo entregar las cosas igual a los demás; invertía mi dinero en calcomanías, plumones, hojas y todo lo que mis ingresos pudieran comprar. Recuerdo que en la primaria tenía una bolsa de regalo llena de artículos de papelería que siempre eran útiles al momento de trabajar. En mi anuario escolar abarqué 5 categorías de 12: La que más disfrute fue la de la más creativa. Sin embargo, en esos años (según el anuario) yo quería estudiar Biología Marina o Administración Turística... Todo eso debido a que mi padre me regaló un libro gigante del turismo mexicano que estaba en inglés, lo devoré como loca y hasta hice un cuadernito con la traducción"puntal" de los textos. Probablemente lo que yo quería en ese momento era conocer esos lugares y escribir sobre ellos. 
En la secundaria, tenía aún más marcada la idea de dedicarme a lo artístico, a crear, pero impartir clases de regularización me sedujo al instante. Planee todo para que mi preparación futura se enfocará en eso: Dar clases a niños de primaria. Todo estaba listo, hasta que mi ego hizo de las suyas. Mi fase de escuelas privadas había terminado y lo mejor que tenía a mi alcance era la UNAM, fue mi reto personal. Decidí estudiar diseño, gráfico o industrial, me daba lo mismo. 
Mudarme a Querétaro hizo que definiera que lo mío era industrial. Cambié mi enfoque de nuevo, terminar el bachillerato para ingresar a diseño industrial en UAM-X. Todo se acomodó y ya han pasado 2 años y fracción de esto. Sin embargo, hoy estoy en la catástrofe; el diseño industrial no me hace feliz, si soy realista soy pésima para las perspectivas, mis líneas siempre son curvadas, entre otros detallitos que probablemente se pulirían con tiempo y dedicación. 

Ayer me sentía estancada, el hecho de plantearme abandonar la carrera y comenzar algo completamente diferente me daba temor, pero animaba mi ser. Volví a soñar con dar clases nuevamente, con hacer miles de cosas para niños que ni siquiera conozco. Porque para eso si soy buena. mejor dicho eso me apasiona de verdad. Por otro lado el diseño en general seguirá conectado de por vida conmigo, esta adherido a mi, los años que duró esta aventura de d.i me dejaron conocimiento para toda mi vida. 

Hoy comienzo de nuevo, esperar convocatorias, aplicar para la licenciatura y entrar a otra universidad... Cuando inició el año, después de que me enteré que era el año de la cabra de madera y que según dicen los de la generación del noventa y uno somos de los meros meros. Jamás pensé que me decidiera por un cambio tan radical. 

Gracias diseño industrial... a ti no te digo adiós, hasta luego y gracias por el pescado...


Comentarios

  1. No te arrepientas de ninguna decisión tomada, sólo arrepiéntete de no buscar ser feliz. Cambiar de camino siempre es válido. Capitaliza tus conocimientos ya obtenidos para brillar en el futuro; en tu nuevo andar, no obstante cuál sea éste.

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