Ojalá encuentres lo que buscas...

"Ojalá encuentres lo que buscas"

Titubeó al escribir en el chat. Tenía toda la intención de mentarle la madre porque había soltado una bomba que le podía cambiar la vida a cualquiera. Y solo le alcanzó para desearle cosas buenas. Para agradecer, el acto más compasivo después de descubrir por enésima vez, que nunca hubo nada para ella en ese lugar.

El cansancio de quien ha esperado mucho y recibido poco, más por resignación que aceptación, porque hay puertas que no deben cerrarse con golpes secos sino en silencio.

Fue un vínculo vertiginoso.
De esos que dan más dudas que respuestas, más vacíos que certezas. Un torbellino emocional que la arrastró por un camino incierto, donde ella siempre parecía estar un paso más adelante… o más sola.

Ella tiene tanto para dar, aunque a veces le cueste verlo. Tanto amor, tanta lealtad, tanta ligereza.
Pero también una tendencia peligrosa: hacer su gente a quienes no saben qué hacer con tanto. Y esta vez no fue la excepción. Se ofreció con generosidad, cambió su agenda, se hizo disponible. Lo dio todo por nada.

Una ironía amarga: nunca dependió de ninguna sustancia, pero se volvió adicta a esas gotas escasas de atención, a confundir los mimos entre sábanas con lazos reales. Pero es atractivo creer que dos seres distintos pueden llegar a ser una historia que valga la pena ser vivida. 
Gotas que sabían a todo… menos a certeza.

El rechazo para ella es un tema profundo. No importa cuánto se muestre fuerte.
Esa sensación de no ser suficiente la desarma. Y él lo notó desde el principio.
Ella, tan transparente, tan dispuesta, se volvió un libro abierto para alguien que apenas hojeaba las páginas sin intención de quedarse a leer.

No era una guerra. No había enemigos. Solo una mujer que buscaba compartir y un hombre que no supo —o no quiso— estar.
No todos están listos para ver lo que brilla.
No todos quieren mirar.

Hoy, aún con la bomba que le está explotando en las manos, ella no lo odia. No se culpa.
Solo se abraza. Resuelve. Intenta avanzar.
Y aprende —sin drama, sin ruido— que amar no siempre basta.
Pero sí alcanza para volver a sí misma.

Porque a veces, lo más valiente no es quedarse… sino soltar sin dejar de amar.




Comentarios

  1. Que buena reflexión! Te envío un abrazo directo a tu corazón. Es un placer leerte

    ResponderEliminar
  2. Te admiro y te abrazo con mucho cariño!! 💖 Eres grande y eres fuerte!

    ResponderEliminar
  3. Te abrazo con el alma ❤️

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares