Para cuando me preguntes vol. II

Faltan días para que cumplas 6 meses, poco a poco has ido mostrando tu esencia. Estás en la  guardería porque estoy en un nuevo trabajo, es un caos todo, (de esos desordenes que me mantienen viva) entre las cosas de la oficina, lo de CM y otros trabajos que salen extras. Algunas veces me acompañas en el home office,  te da mucha curiosidad la luz de la pantalla, en ratos te gana la curiosidad y pareciera que quisieras trabajar por mi, otras tantas te quedas como bulto, llorando por ser el centro de atención, como si dijeras: "mamá ya fue mucho trabajo, ámame".

Te extraño, te pienso cada momento que estoy trabajando, aprendo a entender más a otras madres, juzgo menos y escucho más. Pasamos más de 8 horas lejos, en ocasiones me pregunto si realmente vale la pena estar lejos de ti y perderme de esas primeras veces en las que comienzas a valerte poco a poco por ti mismo. La respuesta sinceramente depende del día, hay días en que me respondo como mujer empoderada que ama su vida laboral y que puede con todo: Totalmente vale la pena. Otros días simplemente lo dudo y quisiera dejar todo y estar contigo como lo estuve por casi 5 meses. 

Lo cierto es, que tienes una madre que desde los dieciséis ha trabajado, entonces independientemente de la situación económica, necesita sentirse útil y ama trabajar. Quiero que me admires no sólo por ser tu mamá, sino que comprendas que uno puede vivir de lo que le gusta y que no todo es tan malo, que el esfuerzo siempre trae recompensa y que tu puedes llegar a donde quieras.

Eres es un bebecito muy listo, gracias por entender que tenemos cosas que hacer y no demandarnos tanta atención a tu papá y a mi. Te conformas con estar en el mismo lugar que nosotros, viendo como andamos de arriba abajo, que si limpiando la casa, acomodando, haciendo de comer o trabajando con los pendientes. Nos ves tranquilo, sin entender porqué nos afanamos tanto si la vida es tan simple y tan tranquila como la tuya.

Ya pasamos la crisis de las incidencias en la guarde, ahora tus abuelos reciben felicitaciones sobre tu avance en tus sesiones de estimulación. Me da tranquilidad verte crecer feliz, con mucha vida. En la escuela -como le decimos tu papá y yo- todes te quieren, siempre dicen que eres muy sonriente, cada semana hemos recibido felicitaciones porque vas logrando movimientos por ti mismo, hace unos días tu padre me mandó un mensaje diciendo que ya te sentabas sin titubear. Quería salir corriendo para verlo por mi misma, el tiempo se me hacia eterno para estar contigo y ver como lograbas sentarte, erguido, como bebé grande.

Quisiera tener puntualmente en mi mente cada uno de esos momentos que nos han hecho reír, pero no he logrado hacerlo. Te disfruto todas las mañanas, te siento tus piecitos cuando te alistó para iniciar el día. Tu te has vuelto la razón por la cual he vuelto a "hablar con Dios" le pido que te cuide, que seas un buen hombre, que seas feliz y que me alcance la vida para ver cuando te conviertas en eso.

He aprendido a preocuparme menos en las cuestiones de trabajo, por fin logré separar el trabajo de la casa, ahora no puedo desligar a la familia de mi vida secular, tú y tu papá están en todo, pienso si están comiendo, si nos hace falta algo del supermercado, si la ropa ya no te queda, cuando será la cita próxima para el pediatra. Todo gira alrededor de ustedes.

No voy a mentirte, a veces extrañamos nuestra vida de antes y fantaseamos sobre si algún día podremos estar realmente solos tu papá y yo. Poco a poco nos hemos ido adaptando y descubriendo que todo es parte de un ciclo y la constante es la adaptación. Sin embargo, regresando a extrañar nuestra "vida de solteros" sin lugar a dudas la extrañamos, pero en automático nos imaginamos un día sin verte y se nos fragmenta el mundo completo. No podríamos estar sin abrazarte, sin oler tu aroma de panquecito. Sin escuchar tus carcajadas que como siempre digo, lo iluminan todo.

Hace un año estaba embarazada, cercana a cumplir 28 y a pasar las fiestas decembrinas, estaba agobiada, cansada y con muchas incertidumbres. Hoy aunque el panorama general es poco favorable, tu familia está más unida que antes, tenemos muchos más agradecimientos por todo lo que nos paso este año comenzando por tu llegada a este mundo. 

Gracias por ser luz, por tu sonrisa, amo ver mis ojos en ti, eres hermoso. Eres lo que más amo. ¡Bendita la magia de la familia! que no importa la distancia, ni las horas. Estamos conectados, nos reconocemos tanto, que cuando escuchas nuestra voz, te pones alerta, buscas de dónde viene el sonido para saber hacia que dirección soltar la carcajada y así sin más nos reinicias la vida.

Eres mi gran maestro, nunca lo olvides.

Comentarios

Entradas populares