Del mea culpa al Family First ♥

Hoy es la primera vez en mucho tiempo que no me da vueltas en la cabeza las broncas del trabajo, hoy después de mucho no soñé con el trabajo, no me desperté por la madrugada pensando en los diferentes escenarios para resolver los problemas ocasionados por una mala comunicación con mis coworkers.
Muy poca gente sabe realmente en qué rollo he andado en este último año, al regresar de PDC tuve un par de trabajos que si bien me hacían el paro para tener lana no me hacían sentir plena, de esas veces que sin sonar mamona, nomás no eran lo que yo buscaba. Total, que llegó este jale, volví a la onda de las artes gráficas en una empresa mediana con la idea de un nuevo proyecto: Desarrollar el área de Flexo, enfocada principalmente en la impresión de etiquetas para consumo masivo. (Algo que muuuy básico aprendí en la preparatoria y me ayudó a conseguir mi primer empleo formal cuando estaba en la universidad). Acepté con gusto, lo vi como una gran oportunidad y al final es algo de lo cual nunca me separé realmente, (romanticamente volví al first love) Comenzamos de poco, con algunas dificultades pero fui aprendiendo términos más finos, materiales, acabados, proceso de producción y cuestiones administrativas. Yo fui creciendo de la mano con ese proyecto, realmente lo veía como un hijo.
Impresión Flexografía: polímeros que imprimen etiqueta para refresco.
Obviamente había "áreas de oportunidad" como en todo; por ejemplo suelo no poner atención en algunos detalles por enfocarme en otras cosas, por esa razón anotó todo (fácil en un año utilicé 5 libretas que dejé sin ningún espacio disponible) y también soy terca, muuuy terca y si algo no me convence, desarrollo mi propio método para poder llegar al mismo resultado.
 En fin, dentro de las altas y bajas todo iba marchando bien. Hasta que decidí embarazarme. Tener un bebé ha sido la decisión más visceral, amorosa, importante y taaaan pensada (si todos los sentimientos a la vez y todos los razonamientos al mismo tiempo) que tomado hasta ahora en toda mi vida. Desde siempre el trabajo ha sido de las cosas más importantes en mi vida, la gente que me conoce sabe que nunca he estado quieta, que no concibo mi vida sin sentirme útil laboralmente, ya sea en un trabajo con un jefe o emprendiendo esos proyectos locos que en su momento me hicieron feliz y me regalaron tanto. Ilusamente, creí que estar embarazada no afectaría en liderear un proyecto laboral; un mes después de confirmar mi embarazo decidí contarle a mi jefe, para evitar chismes. El fue el primero en saberlo después de mis amigas cercanas de la oficina. Fui clara e hice énfasis en que amaba mi trabajo y me comprometía a seguir siendo profesional, que al menos había 5 o 6 meses para pensar en alguien que cubriera mi incapacidad, sin embargo yo tenía super claro que planeaba regresar a mi trabajo habitual porque era también parte de mi. Mi jefe me abrazo y me felicitó; me comentó que no habría ningún problema y que siguiera con mi trabajo. Sinceramente, era algo que no esperaba, yo estaba ansiosa porque estábamos en el punto en el que el área estaba creciendo y yo quería seguir con las riendas de eso (porque loca controladora) y también porque era algo que había desarrollado de la nada, con guía claramente, pero con la libertad de proponer cada paso del camino. Total que pasaron las semanas, bebé crecía, mi tensión laboral crecía, los cambios corporales aumentaban, mi cordura se iba aminorando y realmente la estaba pasando mal. Rodrigo era el que vivía de primera mano todo este desmadre, sin poder hacer nada más que abrazarme y decirme que todo iba a estar bien. Cometí varios errores, estaba realmente distraída y me frustraba en demasía porque era cosas que ya sabía como se debían hacer a la perfección. Es como si me hubiera vuelto una novata en cosas de mi trabajo. Total, que me quedé acorralada y me parecía que cada error me lo cobraban con una nueva persona en mi equipo de trabajo que me reemplazaba poco a poco.
De ser una persona totalmente despreocupada por lo que la gente murmura, comencé a ver todo de forma personal, empecé a ver a las personas en la oficina que me tiraban mierda, y caí en el juego. Entraba aún más en tensión porque de verdad era desgastante llevar la chamba, mas poner atención en la mierda y sobre llevar los cambios del embarazo, ¡Ah! y encima de todo hacer como que no pasaba nada. Lloré muchas veces en el baño de la oficina porque no entendía lo que pasaba, ¿Realmente yo no estaba haciendo bien las cosas? ¿De verdad era tan imbécil para no darme cuenta? Tuve 3 llamadas de atención por parte de mi jefe, la última fue porque yo en mi estúpida venganza (después de que me pusieron de jefa a una morra que no tenía ni idea del área y me avisaron escuetamente por una llamada telefónica siendo la última en enterarme, cuando tooodo "mi equipo de trabajo" ya estaba enterado) solté el veneno diciendo: "Ah, creen que no soy indispensable, pues no voy a pedir material y se van a chingar" (Para ponerlos en contexto: Cada producción debe ser planeada, al menos hay un desfase de una semana entre diseño y producción, por lo tanto si yo no pedía por una semana material para producir, la siguiente semana el área de producción iba a estar picándose los ojos porque no habría con que imprimir) y alguien aprovecho ese comentario para acusarme con mi jefe y ganar puntos con él. (lo segundo es parte de mi paranoia, probablemente lo hizo de buena fe) Algo que siempre he tenido es que trato de no tener pelos en la lengua y por muy feo que sea digo y acepto las cosas como son. Cuando mi jefe me dijo eso, sentí que se me cayeron los calzones, ahí me di cuenta del error gravisimo que cometí, el me estaba avisando que iba a cambiarme de área, que ya no me quería en flexo, y con toda la razón, no quieres a una vieja loca que se ponga a sabotear tu negocio namás porque anda hormonal. MEA CULPA, lo admito. En fin, pedí otra oportunidad y pedí disculpas, también dije que si esto no funcionaba yo iba a ser la primera en decirlo. Cambié mi actitud radicalmente, me enfoque en mi chamba, pero seguían los pedos. Sinceramente nunca entendí porque todo parecía mi culpa cuando desde mi perspectiva hacía lo que me pedían, después de mi desencuentro con mi nueva jefa estuve disponible siempre para explicar qué cosas debía hacer y por qué. La contingencia aterrizó en nuestras vidas, yo fui de las primeras en irse a casa. Diligentemente estaba a mi hora puntual conectándome al servidor remoto para ponerme a trabajar con la consigna en mi cabeza de no hacer pedo y trabajar en equipo con todos, si marcaba 4 o 6 veces a la oficina o con mis coworkers era poco. Pero realmente sentía que al menos estaba funcionando sacando mi trabajo a flote. La realidad es que eso no fue así cuando al parecer hubo un problema con una sugerencia que hice a un cliente, (que jamás me preguntaron que fue exactamente lo que paso) entre nuevamente en estrés, solicite por diferentes medios que me dijeran que NO ESTABA HACIENDO BIEN, ¿Cuáles eran mis actividades? y que era en lo que me estaba equivocando.  No recibí una respuesta directa.
Días después yo estaba localizando a mi jefe para renunciar y mandar todo a la chingada, realmente comencé a darme cuenta que estaba forzando una relación que ya no tiene remedio. Pero también debía pensar en el futuro de bebé y en que las cosas no están para mandar todo al diablo.
Hablé con una de mis mejores amigas al respecto, que por ser abogada ha desarrollado una templanza increíble y confío mucho en ella. Me ayudó a ver las cosas con mayor detenimiento, (gracias Viri, te queremos mucho) gracias a Dios mi jefe por equis o ye nunca pudo atender mi llamada. Realmente yo estaba desgastada, las últimas semanas despertándome a media madrugada porque no sabía que hacer con tanta presión en el trabajo, llorando de coraje porque me sentía utilizada y como ya no servía trataban de hacerme a un lado. Sin darme cuenta comenzaba a odiar algo que en su momento me había hecho tan feliz. Era la tóxica en un equipo y me dolía muchísimo," la loca que sentía demasiado y que se tomaba personal todo lo que se decidía" El viernes mi jefe me hizo otra propuesta laboral, la verdad tenía un nudo en la garganta. Pero en lugar de enfocarme en tirar mierda y dar mis teorías de conspiración en mi contra, sentí un alivio. Como cuando te separas de alguien y las cosas están taaaan de la verga que aunque sabes en el fondo que los dos ya no quieren seguir, uno trata de ser políticamente correcto y dices que lo vas a pensar para no terminar mal y ser civilizado. Me sentí liberada, se me quito un peso de encima, si bien aún no he aceptado la oferta que me dio. Sé que mi jefe ha decidido por mi, ayer por la mañana me eliminó del chat de trabajo de mi área, cuando el había dicho que el lunes hablábamos para saber mi respuesta.
Ayer me desperté a las 3.40 am para pensar en el diseño de los muebles de la habitación de bebé, desempolvé algunos diseños que hice en la carrera para niños y comencé a entender que desde ahora lo más importante es mi hijo, mi familia y no un trabajo, porque sólo es un medio, no es la fuente de mi felicidad. Y quienes siempre van a estar ahí es la familia que ya tengo y la familia que Rodrigo y yo estamos formando.

Comentarios

Entradas populares