Regresar a los orígenes...


En mi etapa de secundaria.
El viernes pasado decidí formar parte del patronato de ex alumnas del colegio en el que cursé la secundaria, en un inicio no participe de forma consciente, sólo era un desayuno, aunque cada vez que vuelvo a Meyalli siento un hormigueo que recorre todo mi cuerpo; cada niña me recuerda a mi, o a alguna de las niñas que fueron mis compañeras en aquella etapa. 
Mientras estudié en Meyalli, era sabido por todos que yo no encajaba en el perfil de la institución, no era católica, era rebelde y en ocasiones floja; lo único que me mantenía ahí era mi cerebro y la falta de recursos de mi familia. 
Al hablar de la falta de recursos, no me refiero a una situación que puede tomarse a la ligera; mi padre en ese momento había quedado sin empleo intentando terminar un curso de admisión a un nuevo empleo, que le llevaría al menos 6 meses con paga al concluir, solo sí calificaba; mi hermano tenía un año y por si fuera poco mi madre estaba embarazada. Esto era realmente complicado, tuve que abandonar mi formación en instituciones privadas para ser parte de la educación pública del Estado de México, mis padres y mucho menos yo, estábamos conformes, pero era lo que había y me encantaba estudiar; así que mi educación secundaria inició en la escuela del barrio.
Después del desayuno

Mis padres escucharon de Meyalli, gracias a la mamá de una de mis amigas de primaria, todo era maravilloso en esa escuela, alto nivel académico, exigencia y disciplina. El lugar perfecto para que las niñas estudiaran, sin el agente masculino que distrajera del objetivo. Lo mejor de todo era el "low cost", esto quiere decir que de acuerdo al nivel socioeconómico es lo que se debía pagar de colegiatura. 
En el colegio, todas somos iguales, mismo uniforme, mismo tipo de mochila mezclilla, nada de exageraciones. En ese momento ir a Meyalli era de las peores cosas en mi vida, porque como ya dije yo era rebelde, no creí encajar, pero mis padres hicieron de todo para que yo permaneciera en la mejor escuela que sus posibilidades me podían dar. 
La primera vez que regresé a Meyalli de forma activa, fue en el Impact Day del año pasado, no pensé que mi participación hubiera impactado en la vida de tantas niñas; ahora que volví por este desayuno, saber que había inspirado a algunas niñas para ser mejores, es algo que sigo sin creer. 
Las alcancías
Cuando creí que el desayuno de ex alumnas sólo es un bonito pretexto para extender redes, me di cuenta que no debo dar por sentado nada, porque cuando entendí lo de las donaciones y supe que ese dinero recolectado por un año, en un envase de vidrio, era la fuente de ayuda para muchas niñas que su familia esta en dificultades y necesita un empujoncito para seguir estudiando. 
Cada caso que se presentaba, me hacía pensar en mi, en mi familia, en lo que hubiera dado si el patronato de Ex alumnas existiera cuando yo era estudiante y me alegraba infinitamente saber que teníamos la posibilidad de ayudar a alguien para que continuará con una educación de calidad.
Meyalli me regaló muchas oportunidades, me enseño que la mujer puede hacer lo que sea, que es libre, que la mujer es valiente.
Mis orígenes son parte de lo que soy ahora, cuando hay personas que tratan de ofenderme diciendo que ellas saben de dónde vengo y que mejor me calle. En realidad, no tienen la menor idea de lo que están diciendo, porque una de las cosas que me hacen sentir más orgullosas es de los lugares que han formado mi esencia. 


Comentarios

  1. Muchas gracias!! Me he emocionado, desearía poder impulsar a más y más ex alumnas para que juntas ayudemos a 80% de nuestra población. Un abrazo fuerte.

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