Recorte, la carta.

Te lloró todos los días, cada día pienso en las cosas que te has perdido, te buscó entre la gente, encuentro rasgos tan tuyos en conocidos y quisiera correr a abrazarlos pensando que eres tu, aunque sé que ya no estas aquí. 
Pienso en mis hermanos, en mi madre, en la familia que dejaste, en porque Dios dejó que todo pasara de esa forma, lloró cada vez que el cáncer se lleva a alguien, la otra vez lloré porque un tal Bowie murió, solamente porque tenía este terrible mal. 
Este año cumplo veinticinco y sigo en el limbo universitario, también me lamento por eso. Podría resumir toda esta palabrería en mis ganas por tenerte cerca, en la falta que me haces.
Ilusamente creí que con el tiempo sería más fácil sobrellevar tu ausencia, pero desde que mamá y los niños vinieron, me pregunto que hubiera pasado si tu siguieras aquí, veo la falta que le haces a Sebastián, a Memo, a mamá y a mi. Ahora creo que cuando te dije que estaba lista para que te fueras, solo era para que tu ya no sufrieras y dejarás todo en paz, porque hoy te extraño tanto que no te dejaría
ir de nuevo.

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