veintitrés vueltas y sigo rodando
Veintitrés y mi vida ha cambiado, teóricamente tendría que estarme graduando de la universidad, pero todos sabemos las cosas que se me han atravesado en el camino. El amor, la inseguridad, la responsabilidad, mi lucha interna, mi ego, mis ideales. Siempre hago lo que quiero, la vida ha sido buena conmigo; me da a manos llenas.
La escuela sigue ahí, terminaré la carrera. Sin dudarlo, sin embargo hay cosas que debo hacer en el proceso, muchos consideraran que me encanta perder el tiempo. Pero, ¿si no lo hago ahora, cuándo?
Descubrir que soy verdaderamente libre y que cualquier cosa que elija me es permitida es sorprendente, en su mayoría, chicos de mi edad tienen que rendirle cuentas a todo el mundo. Yo ganó mi dinero, pago mis gustos y mis responsabilidades, vivo el amor y todo lo que eso conlleva. Ser pareja es de las mejores cosas del mundo. Es esa dualidad unitaria. Es igual o más complicado de lo que se lee.
Entonces, cuando es libre y amado considera que tiene todo el tiempo del mundo, tienes la capacidad de analizar todo lo que haces y saber si realmente es verdad todo lo que te han contando. Bueno, creo que lo último es parte de lo que ya traigo en mi costal ideológico.
A mis 15 años jamás pensé estar sentada aquí, haciendo lo que hago y con las cosas que he vivido. Sólo sé que me imaginaba plena y radiante. Aún no sé exactamente que quiera decir eso, pero en ocasiones tengo destellos de plenitud. Ya es la tercer vuelta que doy sin mi padre, no sé con exactitud si duele menos, pero siempre que lo pienso, en cada cosa que hago, me hace más falta que antes. No puedo negarlo. Esas ganas de abrazarlo, de verlo solamente... ah son cosas que pasan por mi mente.
Veintitrés años que han pasado volando, que me han hecho la mujer que soy ahora y que cada una de las cosas que pasen después ve generaran cambios... sólo espero poder seguir amando, cuidar a los míos y estar con más destellos de felicidad y plenitud. Por que la vida es eso, eso que todos nos han contado y nadie ha vivido de la misma forma
La escuela sigue ahí, terminaré la carrera. Sin dudarlo, sin embargo hay cosas que debo hacer en el proceso, muchos consideraran que me encanta perder el tiempo. Pero, ¿si no lo hago ahora, cuándo?
Descubrir que soy verdaderamente libre y que cualquier cosa que elija me es permitida es sorprendente, en su mayoría, chicos de mi edad tienen que rendirle cuentas a todo el mundo. Yo ganó mi dinero, pago mis gustos y mis responsabilidades, vivo el amor y todo lo que eso conlleva. Ser pareja es de las mejores cosas del mundo. Es esa dualidad unitaria. Es igual o más complicado de lo que se lee.
Entonces, cuando es libre y amado considera que tiene todo el tiempo del mundo, tienes la capacidad de analizar todo lo que haces y saber si realmente es verdad todo lo que te han contando. Bueno, creo que lo último es parte de lo que ya traigo en mi costal ideológico.
A mis 15 años jamás pensé estar sentada aquí, haciendo lo que hago y con las cosas que he vivido. Sólo sé que me imaginaba plena y radiante. Aún no sé exactamente que quiera decir eso, pero en ocasiones tengo destellos de plenitud. Ya es la tercer vuelta que doy sin mi padre, no sé con exactitud si duele menos, pero siempre que lo pienso, en cada cosa que hago, me hace más falta que antes. No puedo negarlo. Esas ganas de abrazarlo, de verlo solamente... ah son cosas que pasan por mi mente.
Veintitrés años que han pasado volando, que me han hecho la mujer que soy ahora y que cada una de las cosas que pasen después ve generaran cambios... sólo espero poder seguir amando, cuidar a los míos y estar con más destellos de felicidad y plenitud. Por que la vida es eso, eso que todos nos han contado y nadie ha vivido de la misma forma
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