De ejotes y nopales...

¡Hace tanto qué no divago por acá! y no es por falta de palabras, ni mucho menos de historias... es la indecisión, la inseguridad; que entran sigilosamente a adueñarse de estas letras y en el mejor de los casos, se acercan para decirme: Eso es tan soso, que nadie querrá leerlo... y plop! lo dejó en borrador.

Quiero señalar que escribo esto mientras como en mi pequeño bowl los trocitos de nopal que he hervido con dedicatoria especial a mis 64.800 kgs. y no lo escribo con tristeza, lo hago con gusto, trayendo recuerdos de la infancia, estoy descubriendo que el sabor del nopal es muy similar al ejote con huevo que mi padre me preparaba cuando niña, de esas veces que salía mi madre de casa y el se responsabilizaba de su vástago... jamás me gustaron y sé que a él tampoco, quizá pensaba que era una forma de desayunar nutritivo y comer solo lo necesario. Mi madre creyó que ambos eramos fanáticos de ese manjar en el desayuno y comenzó a hacerlo en las mañanas... ¡qué desdichada soy!, me murmuraba en voz bajita, para que nadie me oyera, pero también lo decía no tan bajito esperando que alguien me escuchara. Nadie me escuchó.

Lo demás es paja.



Enlace permanente de imagen incrustada
Ximena come feliz :D

Comentarios

Entradas populares